miércoles, 25 de enero de 2012

Sorprendido de sorprenderte

La desidia que me provoca la exaltación de los valores que han de ser básicos en un hominido evolucionado a la vez que la repulsión a los valores que ensalzan la mediocridad han formado durante años un cocktail molotov que patenta, en las entrañas negras y podridas del ser, una serie de Odas romanticas y Elegías escépticas que solo pueden ser desarrolladas mediante la mas mordaz y depreocupada crítica.

No me gusta tener que esperar quejas a la verdad, pero me encanta obtener una refutación que me de algo para seguir viviendo, así que como resultado tenemos una mezcla explosiva de objetivismo libertario con sociopatía existencialista y un utilitarismo muy personal.

Es impresionante la cantidad de pomposos que dejan estupefactos a la masa inhospita con dicharacheros discursos basados en falacias de todo tipo. Creo mas firmemente en la estupidez que en cualquier otra cosa, incluida la libertad y la entropía, o mejor dicho, es simplemente un holón de mayor complejidad que engloba el hecho de la libertad para ser idiota y la incapacidad inherente a tratar el medio.

Esto es una declaración de intenciones, no de buenas intenciones como el 15M, sino de malas, las peores a ser posible, al menos, con la calaña que abunda en el panorama estático e involucionista que habeis creado para el deleite de vuestra impotencia, ya es tarde, es hora de morir, pero no una muerte orgánica e indiferente sino una muerte intelectual y grandilocuente en la cual la matería grismente inerte de los cerebros sirva como barro en el que hundir nuestro libre torso desnudo y sentir retumbar en nuestro pecho todos los sentimientos de gloria romántica a los que alguna vez como humanos aspiramos.

Y como broche final decir, que hemos llegado al extremo en el que no se puede dar la razón a quien la merezca porque en el caso de que tal ser exista no habrá otro en el mundo en posesión suficiente de aquella como para poder entregarsela.

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